Es como la brújula de Jack Sparrow en la película “Piratas del Caribe” que en lugar de marcar siempre el Norte apunta a la dirección donde deseas llegar. No te va a ayudar a encontrar tesoros pero sí te va a orientar hacia el punto geográfico de destino para que llegues con tu bicicleta sin sobresaltos.
La startup se denomina Onomo y el proyecto de la brújula Haize con el que los ciclistas tienen una forma fácil, intuitiva y segura de desplazarse por las ciudades. Lleva incorporada una opción de GPS pero, en principio, el objetivo es respetar la libertad que tanto gusta a los ciclistas y que sean ellos mismos quienes elijan las rutas después de haber indicado, desde el móvil, el destino que desean alcanzar. Una vez emitida la orden puedes guardar el teléfono y colocar Haize en el manillar para que te marque en línea recta el punto que persigues y te advierta de la distancia restante. Se trata de un producto específico para bicicletas donde se tiene en cuenta las diferencias de navegación con el coche.
La idea surge en Londres, a raíz de un amago de accidente sufrido por Javier Soto Morrás cuando circulaba por la capital británica consultando el teléfono para orientarse. “He estado cuatro años usando la bicicleta en esta ciudad, pero constantemente debo ir a nuevos lugares y para ello siempre utilizaba el móvil. Además, en cuanto me salía de las rutas diarias me encontraba de nuevo desorientado”.
Globales desde el principio
Javier Soto comentó la solución a su amigo Luis Martín Nuez quien no dudó en sumarse al proyecto a condición de no abandonar la ciudad donde reside, Zaragoza. Se añadieron luego otros entusiastas procedentes de Londres, Berlín y Navarra con la misma determinación de trabajar desde sus respectivos puntos de origen. Esta es una de las peculiaridades de este equipo donde las barreras culturales, geográficas o lingüísticas han sido suplantadas por la pasión hacia el diseño y la tecnología como nexo. “El único espacio común de este equipo existe en internet”, dicen.
Financiación por crowdfunding
El primer prototipo lo diseñaron en App y, tras probar la utilidad del invento en diversas ciudades europeas, se lanzaron a desarrollar el proyecto definitivo. La sede la emplazaron en Londres atendiendo a las mayores facilidades de constitución y con vistas a obtener financiación. Y en estas se hallan ahora, utilizando la popular plataforma americana de crowdfunding Kickstarter, con una campaña que está a punto de finalizar con éxito en este enlace: http://bit.ly/HAIZEkickstarter. Al día de hoy cuentan ya con 588 patrocinadores. ““Es como tener más 500 jefes, a los que hay que mantener contentos e informados, al fin y al cabo, la gente que contribuye pasa a formar parte del equipo ya que sin ellos sería imposible hacerlo”, dice Luis.
Premios hasta ahora sólo han recibido uno, el de Adecco, pero están seguros de que el ingenio les reportará muchos más porque saben adónde quieren llegar, aunque por el camino se deleiten en el desarrollo de un vestido volador para Lady Gaga, como el que hizo Javier Soto, o el proyecto premiado por la NASA de Luis Martín. Al fin y al cabo la brújula sólo te indica el destino, no el recorrido.
vía La brújula de Jack Sparrow