Mauro Libi Crestani tuiteó: Cómo hacer rentable la sostenibilidad

El economista Mauro Libi Crestani acaba de leer:

Dos cosas resultaron especialmente gratificantes al consejero delegado de Enisa, Bruno Fernández Scrimieri, en el encuentro celebrado el 15 de junio con un grupo de emprendedores. La primera, saber del provecho de la entidad para uno de los participantes en la profesionalización de su business plan y, la segunda, haber dinamizado un networking espontáneo “del que espero que salga algo más que una bella amistad”, bromeó.

Puntos en común había. En este segundo desayuno con Enisa, en cuya organización interviene la Revista Emprendedores representada ayer por su redactor jefe, Javier Inaraja, coincidieron 6 emprendedores con proyectos orientados al medio ambiente y la sostenibilidad. La proyección global, haber recurrido, en uno o varios momentos, al respaldo financiero de Enisa y, sobre todo, hacer rentable la sostenibilidad, eran otros de los puntos compartidos.

¿Cómo hacer atractivo al mercado lo sostenible?

La respuesta  aquí fue unánime. Por mucho que la concienciación social y el compromiso con el medio ambiente vaya en aumento, el cliente, para comprar, tiene que percibir un beneficio directo, bien en clave de ahorro, bien en términos de salud.  En la primera tesitura se situaban Daniel Bezares Susin, COO y cofundador de Percentil, marketplace de compra-venta de ropa de segunda mano online, Gabriel Espín Ordas, cofundador y CEO de Anyplast, un mercado virtual de plástico reciclado, y Alejandro A. Díaz, CEO y fundador de Vagalume Energía, una consultoría de energía integral.

Por la parte saludable se hallaban Carlos Llevat, fundador de EcoHortum, que distribuye kits que posibilitan el cultivo ecológico en casa, y Antonio Ramírez Fajardo, promotor y director de la marca de productos saludables deshidratados VitaSnack, presente en más de 30 países.

Fuera de ambas categorizaciones, estaba Enviroo cuyo CEO, Agustín Valentín-Gamazo, reconoció haber montado la empresa con vocación de convertirse en site de referencia para el empleo verde y tener que pivotar, después, hacia un modelo de negocio B2B con el que ayudan a otros emprendedores e instituciones a impulsar proyectos de sostenibilidad. 

El acompañamiento de Enisa

“A los 6 de meses nos dimos de bruces –contaba Valentín-Gamazo, en referencia a ese primer intento fallido de empresa–. De no haber sido por Enisa, habríamos tenido que cerrar porque no teníamos más capital y no habíamos facturado bastante”. Crucial fue también el apoyo de la entidad para Ramírez Fajardo quien agradeció “la flexibilidad del préstamo, que destinamos a crear infraestructura y montar equipo”, y para que Alejandro A. Díaz pusiera en marcha el modelo de negocio “concreto y particular que yo quería, sin concesiones a otros inversores”. Vagalume, ahora en fase de crecimiento, estudia solicitar un nuevo préstamo para la internacionalización.

“Eso es lo que queremos, acompañaros en el recorrido –precisó Bruno Fernández– hasta ese límite de riesgo que podemos asumir por compañía de 1,5 millones de euros”.

Otras vías de financiación

Más allá del respaldo del organismo público, la mayoría de las empresas participantes, recurrieron, en fases más avanzadas, a otros canales de financiación. En el caso de Vagalume y EcoHortum se decantaron por el crowdequity, ambos a través de la plataforma Crowdcube. “En nuestro sector, somos los primeros que nos metemos en esto. Ahora somos 40 inversores y 4 en plantilla. También Enisa ha jugado un papel relevante en nuestra historia porque nos ha servido como aval de cara a otros clientes e inversores”, dijo Alejandro A. Díaz.

Sin embargo, otros, como Percentil, acudieron al capital riesgo con el que han podido posicionarse en los mercados de España, Francia, Alemania y, desde esta semana, en Holanda. “En cualquier caso –apuntó Ramírez Fajardo– está bien que Enisa tenga multiproductos para los distintos momentos de la empresa”.

Sin prisa, pero sin pausa

Otro dato destacable de este encuentro es que, aunque todas las empresas participantes apostaban por un mercado global, preferían una incorporación tranquila más que desaforada. Así, Enviroo, Anyplast , Vagalume y VitaSnack coincidieron en haber puesto freno a la búsqueda de financiación tras percatarse del gran esfuerzo que ello exige y la consecuente pérdida de energía. “Al principio, como Agustín, queríamos salir inmediatamente a toda Europa y empezamos a pedir financiación, hasta que dijimos basta. Entonces buscamos inversores más modestos, como las 3 F’s y la ayuda de Enisa, y eso nos fue suficiente para arrancar”, declaró Espín Ordas cuya empresa apenas lleva 6 meses funcionando.

Una opción personal

Se interesó Javier Inaraja por saber si el concepto de sostenibilidad abría, o no, puertas a oportunidades de negocio. “Todavía queda alguno que cuando le hablas de medio ambiente cree que te refieres a una ONG, pero afortunadamente son cada vez menos”, repuso Carlos Llevat.

Más tajante fue la visión de Valentín-Gamazo quien afirmó: “En Enviroo no pensamos en nichos, ni si en la gente está o no sensibilizada con el medio ambiente. Hay que ir a por todos e introducir nuevos valores sin que el consumidor se dé cuenta. Yo creo que los emprendedores verdes ya lo hemos aprendido, lo llevamos de serie. Del empresario depende hacerlo rentable, como ha hecho Percentil con una propuesta de impacto social que reduce la fabricación de ropa, o como lo hace Anyplast, con una solución logística, y así todos los que estamos aquí. Luego, en la medida en que haces ese negocio rentable y escalable, tu contribución se convierte en un bien global”, concluyó.



vía Cómo hacer rentable la sostenibilidad