Mauro Libi Crestani tuiteó: El médico que enseña a los emprendedores a pensar en grande

El economista Mauro Libi Crestani acaba de leer:

Es uno de nuestros oradores más populares pero, por si acaso queda alguien que no le conozca, diremos que Mario Alonso Puig es médico, especialista en cirugía general y del aparato digestivo, miembro de la Academia de las Ciencias de Nueva York, premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales y se formó en Harvard con el psicólogo Howard Gardner, el padre de la inteligencias múltiples. La lista es tan larga que remitiremos a quienes deseen consultarla a la web de Mario Alonso Puig

Él mismo resta valor a sus méritos intelectuales, porque no piensa que sea en la acumulación de conocimiento donde radique la clave del éxito, sino que es, más bien, una cuestión de fe y entusiasmo. “Si nos fiásemos del intelecto, cualquiera que lo desarrollase tendría que dar el salto a perseguir su sueño, pero no es así”, explica.

Siguiendo la argumentación que Alonso Puig expone en muchas de sus conferencias, habría que empezar por distinguir entre lo que es una fantasía- algo que nos aleja de la realidad- y lo que es la imaginación- algo que nos ayuda a crear una nueva realidad-. Conviene separarlas porque mientras que la primera podría derivar en un trastorno, perseguir la segunda puede conducir a una transformación vital que elimine la separación entre donde nos hallamos y donde nos gustaría estar.

Fe, pasión e intelecto, por este orden

El vértigo es lo que, en opinión de Alonso Puig, paraliza a las personas en la toma de decisiones que les conduzca a una vida más acorde con sus sueños y sus aspiraciones. “El elemento que más batallas ha ganado al ser humano a lo largo de la historia es el miedo”, recupera el médico las palabras del filósofo americano R.W. Emerson. Posponemos así voluntades a condicionantes del tipo “cuando tenga dinero …” o “si no dependiese nadie de mi…” en busca de razones que justifican nuestra parálisis.

Y es cierto que hay motivos, pero “el intelecto sólo tiene capacidad para ayudarnos a analizar, a considerar, pero no para despertar”. Esa energía para reinventarnos se halla, según Puig, en otro lugar “que está definido por dos elementos. Unos es la fe, que es el sentido de certeza sobre algo a pesar de no tener evidencias, y la pasión, que te ayudará a sobreponerte de posibles caídas”. Esta sería la palanca emocional imprescindible para dar el salto. Reconoce, no obstante, el médico lo complicado que resulta tener fe “porque nos gusta mucho controlar las cosas y eso de creer en mí y en mis posibilidades cuando éstas aún no han aparecido es complicado, puede parecer incluso absurdo”.

Cómo hacerlo

Por otro lado, la  transformación de un ser humano no implica que se convierta en alguien distinto, “implica que se convierta en su mejor ser, en su mejor yo, y alcance su plenitud”.  Pero para ello es fundamental realizar, previamente, un ejercicio de introspección que nos lleve a discernir lo que queremos eliminar e introducir en nuestras vidas. “A veces pasas demasiado tiempo corriendo hasta que llega un día y dices, pero si yo no quería llegar aquí”.

Una vez hecha la reflexión y aclarados los objetivos el consejo de Puig es: pensar en grande porque los sueños grandes pueden inspirar, los sueños razonables no inspiran a nadie. No bajar las metas a la medida de lo que parece razonable, al contrario, elevas las capacidades a la altura de vuestras metas y entonces, y solo entonces, estaréis pensando en grande. Lanza tu corazón, que el resto lo seguirá, pero no basta lanzar el corazón, tienes que tener una estrategia, un plan de acción, no el ideal, basta con que sea el que se ejecuta. Un plan de acción, una descripción de lo que vas a hacer y actúa en pequeño, poco a poco, pero cada paso que des en tu vida hazlo pensando que te va a llevar a tu sueño y verás como el futuro te elevará en el presente verás y resultados que, poco a poco, te convertirán en quien realmente eres y tendrás la experiencia de que realmente estás viviendo en plenitud”.



vía El médico que enseña a los emprendedores a pensar en grande