La deuda pública española se situaba en el primer trimestre de 2016 en el 100% del PIB. Casi 1,1 billones de euros, la mayor cifra de nuestra historia. Tampoco cumplimos los objetivos de déficit marcados por Europa. El déficit fiscal se sitúa en el 5%. El año pasado, pese al aumento del empleo, los ingresos crecieron un 1% del PIB y los gastos un 3%. Hay un claro problema entre lo que gasta el Estado y lo que ingresa. ¿Qué se podría hacer para evitar estos desajustes?
Impuesto de Sociedades
El Gobierno de Rajoy ya redujo el Impuesto de Sociedades (IS) esta legislatura, del 30% al 28%, y este año al 25% para empresas de todos los tamaños. El resultado es que los ingresos por este concepto se han reducido un 48,7% en el primer cuatrimestre del año. Con el tipo actual en el 25%, en la media europea (25,3%), no parece que haya margen para una reducción más. Sí, para eliminar las bonificaciones y deducciones que se aplican las grandes empresas y que sitúan el tipo efectivo que pagan en torno al 9%.
El IVA y el freno al consumo
El Gobierno de Rajoy ya subió el IVA: pasó el tipo general del 18% al 21% y el reducido del 8% al 10%. El IVA es el principal tributo indirecto y el segundo por volumen de recaudación. En 2015 supuso unos ingresos de más de 60.000 millones de euros, la mayor de la historia. Y, sin embargo, el Banco de España recomendó en suInforme anual 2015que se suba más este tributo, dando mayor relevancia a la recaudación por medio de los impuestos indirectos, que son los más injustos y desproporcionados. El IVA grava el consumo y es el impuesto más regresivo que existe; las familias con menos ingresos destinan más parte de su renta al consumo. Además, una subida del IVA podría frenar el consumo, con lo que autónomos y pymes serían los más perjudicados.
El único cambio posible parece ser qué se incluye dentro de los tipos reducidos y superreducidos, en los que ahora se encuentran productos de primera necesidad, como alimentos, libros, medicinas, transporte y agua. Desde Europa piden que se eliminen los productos gravados con estos tipos más bajos.
Rebaja del IRPF
Este año entró en vigor también una rebaja del IRPF. Se pasó de siete tramos a cinco y se redujeron los tipos para todos los tramos, especialmente para los mínimos (que pasó del 24,7% en 2014 al 19% en 2016) y las rentas más altas, al establecer un tipo máximo de un 45% a partir de 60.000 euros anuales. Así, para una persona que cobre 60.000 euros de salario bruto anual, la rebaja fiscal es de un 4,3%; y para alguien que cobre más de 300.000, de un 13,5%, ya que habrá pasado de pagar un 52% en 2014 a un 45% en 2016.
El fraude fiscal
Para que se produzca una rebaja fiscal, habría que aumentar otros tributos, como el Impuesto sobre el Patrimonio y sobre sucesiones y donaciones o crear un impuesto sobre transacciones financieras. Pero, sobre todo, luchar contra el fraude fiscal.
Según un informe elaborado por los técnicos de Hacienda de Gestha, el Estado podría recaudar 42.000 millones de euros más cada año si erradicara este fraude. No parece pues que haya margen para bajar los impuestos. Ni siquiera con el argumento del crecimiento económico: para equilibrar las cuentas, haría falta crear tres millones de empleos. Y eso por no hablar del sistema de pensiones público que suponen un 40% de los gastos del Estado, la mayor de las partidas, y es deficitario. A pesar de que en 2015 se crearon medio millón de empleos, las cotizaciones sociales bajan: los ingresos por los nuevos empleos son menores porque sus salarios también lo son. La Seguridad Social gastó 13.592 millones más de los que ingresó.
vía ¿Hay margen para bajar impuestos?