Mauro Libi Crestani tuiteó: Emprender en pareja: las mismas ventajas que inconvenientes

El economista Mauro Libi Crestani acaba de leer:

No suelen dejar las cosas claras desde el principio porque ello implica anticiparse a situaciones indeseadas por ambas partes, pero a veces sucede que al daño emocional de una ruptura se suma también el financiero. Carme Castro, socia fundadora de la consultara para la gestión de personas Kainova, prefiere empezar refiriendo las ventajas que puede implicar el hecho de que una pareja se anime a emprender conjuntamente. En su opinión serían las siguientes:

- Plena confianza entre las partes, un valor que, en otras circunstancias, podría requerir años de trato y experiencia para consolidarse.

- La rapidez en la toma de decisiones sería una consecuencia inmediata de la referida confianza, dado que no se considera preciso aguardar la consulta del socio antes de dar cada paso.

-Evaluación del riesgo compartido. Aunque cada integrante de la pareja tenga un carácter y personalidad diferentes, comparten el mismo riesgo por lo que parece más sencillo alcanzar el quórum necesario a la hora de adoptar acuerdos sobre inversión, ampliación de capital o entrada de nuevos socios.

-La ilusión compartida en un proyecto común que trasciende la relación de pareja. Las sinergias en este caso son mayores con el potencial que ello tiene para imprimir velocidad en el negocio.

Desventajas

Sin embargo, y paradójicamente, la mayoría de los puntos recogidos en las ventajas, ilustran también las principales dificultades. Así, la parte oscura de la plena confianza, sería una comunicación excesivamente informal sobre los asuntos de la empresa. Sería, por ejemplo, cuando tu mujer te comenta un pedido importante mientras te cepillas los dientes. Para evitar situaciones de este estilo, Carme Castro recomienda tratar los asuntos de la empresa fuera del hogar o, en su defecto, sentarse a conversar como si se tratara de una reunión de estrategia en cualquier otra sociedad. Asimismo, la toma de decisiones pensando que conoces muy bien a la otra persona, es arriesgada y contribuye a degradar la comunicación entre los socios.

Por otro lado, observa la coach las dificultades que plantea separar los desacuerdos empresariales de la vida familiar, o a la inversa, algo que “exige un elevado grado de madurez por ambas partes”. Igualmente, le parece desaconsejable ceder a la voluntad del otro por el mero hecho de evitar el conflicto.

En cuanto al riesgo compartido, hay que considerar que el hecho de navegar los dos en el mismo barco, genera sus incertidumbres al prescindir de una palanca de auxilio en situación de naufragio, por eso conviene una organización rigurosa de las finanzas.

Por último, advierte Castro del peligro de degenerar en una relación endogámica donde tanto las conversaciones como las relaciones sociales giren en torno al monotema de la empresa.

Cómo prevenir

Es el momento de la ilusión inicial cuando, en opinión de Carme Castro, hay que aprovechar para fijar con absoluta transparencia las condiciones de la relación empresarial. “Hacerlo cuando han surgido ya las primeras fisuras obstaculiza la predisposición de acuerdo”.

El mismo pacto de socios que se recomienda para cualquier sociedad, o la inclusión de los principales puntos en los estatutos de la empresa serían suficientes, “pero que quede siempre reflejado por escrito desde el arranque del proyecto y, si no saben cómo hacerlo o les resulta violento, que recurran a un tercero, porque la probabilidad de que una ruptura sentimental afecte al negocio es muy alta”, insiste la coach.

Algunas de esas cláusulas elementales que debería recoger el documento, bien de carácter privado o público, son determinar las funciones de cada socio, establecer el órgano de gobierno y las jerarquías, el procedimiento para la toma de decisiones y derechos de arrastre o de acompañamiento cuando la propiedad societaria no se reparte al 50%.



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