Mauro Libi Crestani tuiteó: ¿Emprender en el campo o en la ciudad?

El economista Mauro Libi Crestani acaba de leer:

El informe GEM 2013 que mide la capacidad empresarial en las distintas regiones y países, ponía de manifiesto que el emprendimiento en los entornos rurales nacionales es, con un 29,8%, superior al urbano, con un 26,1%. En cuanto al ámbito de actuación, mientras que la actividad empresarial rural se inclina más hacia el sector extractivo y transformador, en las ciudades se decantan mayoritariamente por el sector servicios, con una apuesta más arriesgada por la innovación tecnológica y la competitividad. Eso sí, montar una empresa en el ámbito rural precisa de unas pautas diferentes a las necesarias en la ciudad. Pero, además de las señaladas, ¿existen más diferencias?

Para Ricardo Gil Casanova,arquitecto técnico y socio fundador de la empresa canaria Agua de Niebla, no hay grandes diferencias. “Creo que es igual de complicado emprender en entornos rurales que urbanos-afirma- En ambos casos nos encontramos con los mismos problemas, bien seas autónomo o pyme. No solo basta con tener un buen proyecto, ni demostrar que sea rentable, cuesta mucho conseguir que alguien crea en tu proyecto. Si no tienes el capital necesario para poder desarrollarlo es muy difícil obtenerlo, en cualquier lugar”. No obstante, precisa Gil Casanova, “la gente se tiene que dar cuenta de que el mismo trabajo que se realiza fuera de entornos urbanos supone un mayor esfuerzo, no solo económico sino también de concienciación”.

También María García Arellano, técnico de proyectos de la aceleradora Orizont, observa ciertas desventajas en el ecosistema emprendedor rural. En este sentido destaca: menor presencia de infraestructuras, menos acceso a una oferta formativa especializada, mayores dificultades en la búsqueda de  financiación y de clientes por el volumen más reducido de población y menor disponibilidad de ejecutar trámites burocráticos. Por último, otra barrera que detecta la técnico es de carácter psicológico “entre el mundo rural y el mundo urbano, este último con una mentalidad mucho más abierta”. 

Asimismo, Agustín Valentín-Gamazo, CEO de Enviroo, comparte la impresión de que los emprendedores rurales juegan en segunda división. “El emprendedor rural no cuenta con un ecosistema de apoyo como el que disfrutan en las ciudades, repletas de incubadoras, aceleradoras, charlas y canales de inversión”. Para dar respuesta a estas deficiencias plantea, como iniciativa, la puesta en marcha de Greenweekend al objeto de incentivar el surgimiento de proyectos innovadores rurales.

Más allá del sector turístico

Hay quien piensa, sin embargo, que no hace falta abandonar el pueblo para innovar. “A veces es suficiente con darle una vuelta de tuerca al negocio”, dice Victoria Tortosa Vicente, responsable de La Exclusiva http://www.laexclusiva.org/, una empresa de logística social que se encarga de hacer el reparto de víveres y otros artículos en pequeñas localidades de la provincia de Soria que han quedado desabastecidas por la escasez de habitantes. “Nosotros nos dedicábamos antes a la venta ambulante al por mayor hasta que, en 2013, nos dimos cuenta de que la estructura de la empresa no funcionaba. Habían cerrado los comercios locales, se habían reducido las rutas de transporte, los negocios se trasladaban…así que cambiamos el modelo de negocio y decidimos ser nosotros quienes hiciésemos directamente el reparto de alimentos y la compra a casa de esas personas que se estaban quedando sin servicios, casi todos mayores, así conseguíamos también fijar la población”.

Empezaron en 2014 en la provincia de Soria con 7 clientes y suman ya 350 que se reparten entre los 300 pequeños pueblos en los que prestan servicio sin coste adicional para ellos. “Los clientes nos hacen el pedido de los víveres o artículos que necesitan, nosotros se lo trasladamos al proveedor que prepara y clasifica los encargos y, luego hacemos el reparto con nuestro servicio de logística, sin encarecer el producto al consumidor final porque hemos conseguido que el proveedor pague un porcentaje en función del volumen de ventas facturado. Nos piden de todo, desde alimentos hasta electrodomésticos, y ahora queremos poner servicio de peluquería porque me están volviendo loca con eso”, bromea Victoria Tortosa Vicente.

Otra opción es hacerlo a la inversa, es decir, hacer un desarrollo urbano con aplicaciones en el entorno rural. Es el caso de Cropti, una startup acelerada en Área 31 que lanzó una herramienta para facilitar la gestión agraria. “Tratamos de romper la brecha digital existente en el mundo rural con una aplicación pensada y diseñada por agricultores”, decíaEugenio Fernández, uno de sus impulsores, consciente, también, de la necesidad de tecnificar el campo y sacar partido a los avances tecnológicos para mejorar la eficiencia y la competitividad del sector agro.



vía ¿Emprender en el campo o en la ciudad?