Mauro Libi Crestani tuiteó: ¿Qué recorrido tienen las gafas de sol-vídeo de Snapchat?

El economista Mauro Libi Crestani acaba de leer:

Se llaman Spectacles y las gafas son un poco como de coña, aunque las hay de diferentes colores y diseños. La peculiaridad real radica en la integración de dos microcámaras para grabar micromomentos y compartirlos con tus seguidores en Snapchat, bueno, ahora Snap Inc. El cambio de nombre de la compañía coincidió con el lanzamiento de Spectacles, el 24 de septiembre, avisando de que dejaban caer el “chat” porque la intención actual iba más allá, ir lanzando productos nuevos.

El primero ha sido el de las gafas de sol-video, a un precio en el mercado de 129,99 dólares (116€) en series limitadas. Para comenzar a grabar con ellas basta con dar un toque en la esquina de la izquierda para activar la cámara y grabar 10 segundos, luego otros diez y así hasta un límite de 30 segundos que luego desaparecen de la red cuando el usuario quiera, sin dejar rastro. La cámara utiliza una lente de 115 grados de ángulo, más ancho que un teléfono inteligente típico. El vídeo que graba es circular, parecido a la visión humana, así que más que evadirte del mundo, son útiles para los aficionados a contar la vida en primera persona y a tiempo real.

El contenido, grabado en manos libres, puede subirse directamente a la red. En el caso de Android lo hacen a través de Wifi, con iOS lo hacen con Bluetooth por defecto. Si se opta por wifi se ganará en calidad. Los que estén ante un poseedor de las gafas sabrán que están siendo grabados porque se enciende una luz.

Para Edgar Martin-Blas, CEO de New Horizons VR, las Spectacles no tienen mayor trascendencia, ni demuestran una intención seria de la compañía por adentrarse en el mundo el hardware. En su opinión, este producto bebe de otros que ya estaban en el mercado como las google glass (grabar vídeos y tomar fotos, entre otras cosas) o Narrative, que se autodefinen como “la cámara usable para momentos que importan”.

Un producto divertido

Lo que sí valora Martín-Blas es la astucia de la compañía para hacer ruido y conseguir titulares con un producto al que no augura una buena acogida en el mercado de masas. “Lo comprarán algunos snapchatters pero yo creo que es un producto que no tiene mercado”.  Tampoco parece ser ésta la gran preocupación de Evan Spiegel, fundador de la aplicación y consejero delegado de Snapchat, quien a la pregunta de por qué crear un producto de estas características y asumir los correspondientes riesgos contestaba: “porque es divertido”, un valor, el de divertido, nada desdeñable entre los 150 millones de millennials adheridos a la red.

También a Martín-Blas le resulta divertido sin obviar, por ello, posibles problemas de espionaje o fisuras en el derecho a la privacidad de las personas. Si a ello se suma el pobre valor innovador, se entiende el pronóstico de las gafas, similar al de la vida de un snap: efímero. Sí son válidas, sin embargo, en opinión de este experto en marketing online, para alertar de una doble tendencia en el mercado: “que los teléfonos móviles empiezan a quedarse pequeños para los usuarios y que la tecnología empieza a trasladarse fuera, hacia el mundo físico. Es un paso más para los wearebles y el IoT, de los que se lleva hablando tiempo aunque se esté retrasando su entrada”.

Con apenas 15 días en el mercado y sin datos que informen de las ventas obtenidas, es pronto aún para valorar el vaticinio de Martin-Blas y comprobar si, de verdad, se trata sólo de una victoria publicitaria de Snapchat, a las que cree que sucederán otras similares.



vía ¿Qué recorrido tienen las gafas de sol-vídeo de Snapchat?