Mauro Libi Crestani tuiteó: Lo que no debes olvidar al escribir un email

El economista Mauro Libi Crestani acaba de leer:

Dicen en Acumbamail, especialistas en email marketing, que ellos reciben correos que los eliminan directamente porque parecen spam, sin destinatario claro y sin otro mensaje que una imagen publicitaria que salta directamente al abrirlo. Hacer eso es peor que no hacer nada porque lo único que consigues es perder el tiempo y molestar al interlocutor. Desde Acumbamail facilitan una serie de recomendaciones para ayudarte a atinar con el email.

El campo del asunto: De lo que pongas en él va a depender, en el 90% de los casos, que abran o no el correo, así que conviene detenerse a meditarlo. Sería como el equivalente al título de una información, el gancho que va a despertar el interés para seguir leyendo o saltar a la siguiente noticia. Eso sí, sin levantar falsas expectativas. El consejo de Acumbamail es personalizarlo el máximo posible, incluyendo el nombre del destinatario y el motivo que te lleva a escribirlo.

El tono: Ni demasiado frío ni exceso de confianza o entusiasmo, menos si es la primera toma de contacto. Lo que sí agradecemos todos es comprobar que alguien se interesa por saber quiénes somos y que ha sido elegido de entre una multitud de posibilidades. Dejar esto claro al destinatario, del tipo que sea, es importante.

Cuidado con las plantillas. “Un error muy común es utilizar una plantilla para enviar un correo que queremos que parezca personal cambiando únicamente un par de datos, por ejemplo escribir un correo a 50 periodistas cambiando únicamente su nombre y el medio en el que escriben, si se hace cuidadosamente puede que no haya problemas, pero si olvidamos cambiar uno de los datos el receptor se dará cuenta de que estamos usando una plantilla y que estamos "engañándole" para que parezca personal. Quedaremos mucho peor que si hubiéramos mandado un correo claramente no personal”, advierte Ignacio Arriaga, CEO de Acumbamail.

Deja claro que es un correo masivo. “Hay, digamos dos, corrientes, gente que deja muy claro que el email es un correo masivo, como por ejemplo una newsletter, y gente que intenta que los correos masivos parezcan personales, generándolos únicamente con texto plano y con un remitente que es una persona real”. Esto, se nota.

El por qué. Independientemente de la cantidad de mails que vayamos a enviar, no es lo mismo dirigirse a un grupo de clientes que a un grupo de inversores. En este último supuesto,  aunque sea un centenar, conviene personalizar cada correo y redactarlo uno por uno dejando claro, no sólo que nos hemos documentado sino también el motivo de contacto por los que creemos que nuestra propuesta se ajusta a su perfil.

Para conseguir que te respondan.Si el primer reto es conseguir que abran tu correo el último es obtener una respuesta. En el caso de clientes, la repuesta se traduce en un click a una oferta o en una visita a la tienda. No es así cuando lo que se persigue es un encuentro personal con el destinatario. Pensar que nos van a contestar a la primera sería pecar de optimismo. Dependiendo de quién se trate, una estrategia útil puede ser cerrar el texto con una pregunta concreta o proponiendo una fecha determinada para una cita o una llamada telefónica. El riesgo es que a algunos les resulte descarada la táctica. Una manera menos invasiva de saber si has conseguido interesar a esa persona con tu asunto es incluir herramientas de seguimiento de correos, como Mailtrack y añadir archivos descargables. Si compruebas que lo han abierto o han realizado descargas, entonces interesa contactar de nuevo con esa persona para dar un segundo paso. En el caso contrario, lo conveniente es desistir para que ninguna de las partes pierda tiempo.

Incluye la firma. Incluir al final del un email una firma a modo de membrete en el que aparezcan tus datos de contacto y el logotipo de la empresa, es otra estrategia reactiva.



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