Mauro Libi Crestani tuiteó: ¿Te imaginas unas lentillas que incorporasen fármacos? No imagines tanto

El economista Mauro Libi Crestani acaba de leer:

HGBeyond es una empresa surgida de la Universidad de Santiago de Compostela (USC). Diseña y desarrolla nuevos materiales para la fabricación de lentes de contacto de alto valor añadido, que sirvan como correctores de la visión más confortables y, al mismo tiempo, como plataformas para ceder fármacos a la superficie ocular y poder tratar con mayor efectividad las enfermedades del ojo.

La firma nace en 2015, fruto de casi dos décadas de investigación del Grupo I+D Farma de la Universidad de Santiago, en una línea de trabajo liderada por los doctores Carmen Álvarez Lorenzo y Ángel Concheiro Nine, promotores y socios de la empresa. Trabajaban en el desarrollo de hidrogeles con propiedades especiales y consiguieron desarrollar un nuevo material adecuado para la fabricación de lentes de contacto blandas, al que se pueden incorporar fármacos u otras sustancias activas para cederlos a la superficie ocular de forma sostenida en el tiempo.

Los nuevos materiales desarrollados por la compañía están constituidos por componentes comunes a otras lentes de contacto, pero incluyen como elemento diferencial ciclodextrinas, que pueden alojar en su interior sustancias en cantidades terapéuticas.

Estos materiales permiten diseñar lentes de contacto con capacidad para ceder de forma controlada fármacos y otras sustancias beneficiosas para el ojo. “La utilización de las lentillas no sólo como correctores de la visión sino también como vendajes oculares terapéuticos puede contribuir a mejorar la calidad de vida de personas que sufren trastornos oculares como el síndrome de ojo seco, glaucoma, keratopatía diabética o ciertas infecciones” -destaca Carmen Álvarez-. 

"El proceso de incorporación de las ciclodextrinas es novedoso y está especialmente diseñado para obtener lentes de contacto medicadas. Los nuevos materiales ya se han testado en el laboratorio y se ha comprobado su capacidad para cargar fármacos como diclofenaco (antiinflamatorios) o miconazol (antifúngico) y cederlos en el fluido lacrimal artificial de modo controlado durante varios días. Además, se ha verificado que los nuevos materiales pueden ser procesados a escala industrial".

“Los tratamientos tópicos oculares, como los colirios, tienen la limitación de que los sistemas de defensa hacen que se eliminen pronto de la superficie del ojo, de modo que sólo penetra una pequeña porción de la dosis del fármaco que se administra; el resto se pierde con la lágrima y no cumple su función. Esto hace que las gotas se tengan que aplicar varias veces al día” -explica Ángel Concheiro-.



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