Mauro Libi Crestani tuiteó: La renovación, clave del éxito del emprendimiento

El economista Mauro Libi Crestani acaba de leer:

“Primero monté Glossybox, luego vino Nonabox, después Doctor 24 y ahora es cuando tengo la oportunidad de dar rienda suelta a mi pasión por la vida sana y los buenos hábitos y convertirla en mi profesión”, explica Izanami Martínez, inmersa en pleno lanzamiento de Ygea Wellness School, “una escuela de bienestar en la que enseñamos a nuestros alumnos cómo reacciona su cuerpo a cada nutriente, a cada movimiento y a cada pensamiento para cambiar los malos hábitos que son la causa de muchos problemas de salud”. Y es que, como recalca, “los productos que funcionan son los que resuelven problemas reales, el tema es que, como todo evoluciona tan rápido, los problemas también evolucionan muy rápido.”

Aspecto en el que coincide su contertulio: “Hay que moverse continuamente, si nos hubiéramos quedado estancados con la filosofía de que una cosa que no está rota no la arreglamos, seguramente ya no existiríamos como cadena”, explica Alejandro Fernández-Luengo. Toda una declaración de intenciones en alguien que preside un grupo que está ya en más de 10 países con marcas como Marco Aldany, Rizos, ADN, Enter, Mister A, Superpelu, Esip o Jofer; que cuenta con la mayor central de compras del sector; una de las más importantes redes de escuelas de formación profesional; aplicaciones de servicio a domicilio y venta online; una incubadora, Alma Lab, y una división health que explotan a través de una red de gimnasios y centros de yoga. Lejos de conformarse, no ha dudado en salirse del sector beauty para fundar Mi Casa Inn, una de las mayores cadenas de residencias para estudiantes y espacios de coliving y coworking.

“Quedarse quieto no es una opción. Hay que promover la actitud proactiva, la agilidad y la capacidad de cuestionarte hasta los buenos resultados. En el momento en que quieras disfrutar de lo que te ha salido bien, te has quedado obsoleto. Estar adaptado a ese frenetismo es esencial.” Incluso aunque ese frenetismo y esa vorágine te lleven a cometer algún error: “Podría escribir una antología de errores, pero lo veo positivo. Antes que hacer un estudio de mercado para ver qué tal funciona una aplicación, es mejor lanzarla y ver cómo reacciona el mercado”, insiste Fernández-Luengo.

 

(Puedes ver la entrevista completa aquí)

“Sí, es pasar a la acción lo antes posible. Nosotros lanzamos la página web de Ygea en dos días y vamos continuamente iterando y probando. La web es una cosa viva que va evolucionando en función de cómo va respondiendo la gente a ello. Yo misma soy una startup, tengo una idea en la cabeza y la voy testando e iterando, y quiero equivocarme muchas veces, y lo antes posible para poder ir puliendo el proyecto y evolucionar. Yo soy muy fan del error”, añade Izanami.

Todo ello sin olvidar la pasión y la ambición. “A veces reflexiono sobre lo poco que siento que he cambiado con respecto al chaval de veintitantos años que se quería meter en la aventura emprendedora. Yo me percibo con la misma ambición, con las mismas ganas de conquistar mercados y de que las cosas funcionen. Con perseverancia e ilusión se llega muy lejos. Y también con mucha curiosidad. Ser capaz de mirar para atrás para ver lo que se ha hecho, mirar adelante para ver por dónde van los tiros y mirar alrededor”, explica Alejandro. “Y tener pasión”, matiza Izanami.

“En proyectos anteriores –señala la fundadora de Ygea Wellness School–, lo que me movía era la adrenalina: iba como el coyote, todo el tiempo corriendo porque si deja de moverse se cae por el precipicio. Ahora he transmutado esa adrenalina, que al final era como huir hacia adelante, por la pasión, por algo que de verdad me gusta, y veo que las fuerzas me nacen desde otro sitio, mucho más orgánico. Así la energía es más duradera: es menos cerilla y más hoguera consolidada. Tienes que hacer las cosas en las que te lo pasas bien: a mí me gusta crear y diseñar los procesos de gestión, pero una vez que ya están diseñados ya no soy buena, porque no me gusta esta faceta. Como no me apasiona y no me divierte, no doy el 100%. La gente que realmente funciona es la gente que se apasiona con su trabajo”.

Para dos emprendedores como ellos, especializados en belleza y nutrición, sorprende ver el entusiasmo que suscita la tecnología: “Me apasiona. Estoy con toda la parte de machine learning, inteligencia artificial que lo está transformando todo. En salud hay ya algoritmos y robots que son capaces de diagnosticar algunas enfermedades con más precisión que los doctores. Es big data puro”, añade Izanami Martínez.

“Lo que a mí me llama la atención es que, con toda esta información, la capacidad de predicción es total. Al final es estadística. Y esto abre un nicho enorme de oportunidades para que surjan proyectos nicho: si eres buenísimo en algo, todo el mundo va a acudir a ti en esa área porque vas a ser el que más información tenga”, apunta Fernández-Luengo.

Y todo ello sin olvidarse de pensar en grande: “Yo empecé con mis dos hermanos pequeños. Nosotros veíamos que había una oportunidad estupenda en un sector que estaba anticuado y la primera aportación que hicimos al sector fue el ser grandes. Por aquel entonces, el querer abrir 100 tiendas en un sector muy fragmentado era totalmente disruptivo, era un posicionamiento que nadie había hecho. La suerte o la visión es que encontramos ese foco y ahí nos centramos y hasta ahora”, recalca.

La fundadora de Ygea aporta una visión más personal sobre este asunto: “Una cosa en que estoy trabajando mucho es atreverme a quitar todas esas barreras y no ser yo mi propio límite. Sobre todo ahora con Bosco, mi hijo. En teoría, debería tener más miedo, bajar un poco las velas y buscar un trabajo más normal, pero ha sido más acicate, me ha despertado más la pasión y las ganas de seguir explorando. Desde que lo tengo me siento más fuerte, me estoy quitando más barreras y me atrevo a soñar más lejos todavía”.



vía La renovación, clave del éxito del emprendimiento