Mauro Libi Crestani tuiteó: Nuestro representante en el mundial de emprendedores universitarios

El economista Mauro Libi Crestani acaba de leer:

Si no consigue ganar, al menos espera que cale en el mundo el mensaje de que España es “un país fantástico, con una extraordinaria riqueza cultural y emprendedora, pero que tiende a infravalorarse”. Tiene sus propias opiniones, pero no cree que sea el momento ni el lugar adecuado para mostrarse crítico en un entorno donde representará a España como ganador nacional del concurso Global Student Entrepreneur Awards (GSEA) en el que participan jóvenes emprendedores universitarios de más de 50 países.

Y aunque vaya como universitario, lo cierto es que Enrique Cat (28 años) dejó la Facultad de Biológicas 1 año antes de obtener la licenciatura para cambiarlo por el grado LEINN (Liderazgo, Emprendimiento e Innovación) implantado en Madrid por TeamLabs como réplica del que se imparte en la Universidad de Mondragón. Ya de muy pequeño le había saltado el gen emprendedor en el colegio cuando montó un servicio de reparación de bolígrafos. “Yo ni me acuerdo. Es mi padre quien conserva la lista de precios”.

En TeamLabs fue donde Enrique Cat concibió la posibilidad de crear un sistema para la gestión de residuos en la ciudad a base de microorganismos, preferentemente humus de lombriz. La idea originaria derivaría en lo que hoy es Nostoc Biotech, una empresa pionera en bioagricultura empeñada en transformar el sector agrícola y liberarlo de la sobrecarga de químicos mediante el uso de abonos y biofertilizantes naturales.

Evolución a la inversa

De la sobreexplotación del suelo y del futuro sectorial, hablará Enrique Cat en el auditorio de Fráncfort que acogerá la final de la competición durante los días del 27-30 de abril. La necesaria evolución a la inversa como gran reto de la agricultura, será la que hilvane con la genialidad de Picasso y la lucha en la vejez del artista por recuperar la espontaneidad natural de la infancia. Suya es la frase de “En aprender a pintar como en el Renacimiento tardé unos años; pintar como los niños me llevó toda la vida”. La otra pata del discurso será la defensa de la tecnología y su potencial para combatir las desigualdades sociales del mundo.

Piensa que lo que le permitió alzarse entre los 6 finalistas con el premio para la representación de España en el GSEA fue la peculiaridad de su presentación y la defensa de la empresa. No obstante, el jurado del concurso ponía especial atención en la ‘actitud’ del emprendedor, entendiéndose por ello “tenacidad, inquietud, curiosidad y, sobre todo, sentido del negocio”. Otros dos de los requisitos para participar eran ser universitario y tener una empresa que en los últimos meses hubiese facturado al menos 500€ y recibido una inversión de 1.000€. Nostoc es todavía una empresa pequeña en crecimiento, pero los límites los superaba con creces.

Y aunque el reconocimiento es individual, Enrique Cat procura no hablar en primera persona, sino que recurre al plural en agradecimiento a Guillermo Herrero, el otro fundador, y el resto del equipo de Nostoc “porque sin ellos no lo hubiese conseguido”. No por ello reniega de su condición ambiciosa y de su deseo de triunfo como emprendedor. Como debilidades, cree que igual peca de exceso de creatividad en detrimento de la capacidad organizativa y de gestión.

Vestido al evento de Fráncfort acudirá “como cualquier otro día de trabajo, aunque el discurso lo haré a mi manera”, afirma muy en la tónica de otros jóvenes de su generación de la que dice sentirse orgulloso. “Hay mucha gente joven que está haciendo las cosas de una manera diferente, yo creo que mejor, y promoviendo otro tipo de valores”.



vía Nuestro representante en el mundial de emprendedores universitarios