Mauro Libi Crestani tuiteó: Cómo reconducir una conversación que se va por las ramas

El economista Mauro Libi Crestani acaba de leer:

Los expertos recomiendan empezar probando con la técnica denominada como zoom in. Por ejemplo, se está hablando de servicios auxiliares de la construcción y la conversación se ha desviado a la caída del mercado inmobiliario. Utilizando el zoom in me concentro en un detalle muy concreto y lo introduzco en la conversación: Es muy interesante lo que me cuenta y eso me recuerda que dentro del mundo de la construcción... Otra opción es la técnica opuesta, el Zoom out. Me voy lejos, y no sólo veo la crisis inmobiliaria sino que veo toda la crisis en su conjunto. Lo importante es sacar fuera del escenario a la otra persona.

Para llevar al otro a tu terreno, puedes provocar también un cambio brusco de la conversión con una anécdota personal que esté relacionada con el tema que te interesa o utiliza una pregunta que le lleve hacia donde tú quieres ir. Por ejemplo: ¿Y todo eso, cómo repercute en tus ventas?

Puede ocurrirte también que la conversación no es sólo que se ha ido por las ramas, sino que la otra parte esta monopolizando la conversación. Ya no sólo tienes que volver a centrar la conversación, es que además tienes que ser capaz de volver a repartir el juego.

¿El mejor consejo aquí? Hazlo pronto, de una forma muy firme y no llegar a crisparnos aunque llevemos diez minutos intentando tomar la palabra. En estos casos, se puede utilizar lo que se denomina la espiral de autoafirmación. ¿En qué consiste? Elevamos ligeramente el tono de voz; si eso no es suficiente, nos incorporamos más y miramos directamente a la otra persona; si aún así no reacciona, podemos tocarla si estamos cerca, ponerle la mano en el hombro en señal de que pare, que queremos intervenir y poniendo en voz alta la conveniencia de que nos escuchemos. Al pedir la palabra, la clave está en hablar siempre en primera persona del plural. No utilizar expresiones del tipo Es mejor que te calles, sino Si nos dejamos hablar sin interrupciones, yo creo que nos vamos a entender mejor. Siempre compartiendo de alguna manera la crítica, no haciendo una crítica al otro. Pero tiene que ser de un modo firme y cuando tomemos la palabra, no dejarnos interrumpir por el otro.

Si la conversación se ha desviado durante una reunión y hay un guión con los puntos importantes a tratar, aprovecha para dejarlo encima de la mesa o leerlo en voz alta para que el interlocutor vea que hay una serie de temas que hay que abordar o resolver y que, si continúa dirigiendo él la conversación por otros derroteros, no será posible. A medida que solucionamos los puntos pendientes, conviene marcarlos o tacharlos para dar a entender al otro que tenemos la firme determinación de resolver todos los puntos a pesar de que, él o ella, descentre la conversación o prolongue en exceso los temas que son de su interés o satisfacción prioritaria.



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