Mauro Libi Crestani tuiteó: Emprender para ser madre, pese a quien le pese

El economista Mauro Libi Crestani acaba de leer:

De su enfermedad diremos sólo lo que ella quiere contar: que es crónica y que la padece desde hace más de 20 años. “Una enfermedad que no se nota… pero está”. Eso sí, con un grado de discapacidad suficiente como para ser beneficiaria del Programa de Autoempleo de Fundación ONCE. Pero la enfermedad no ha sido la protagonista principal en una vida que Inmaculada Alonso describe llena de “peleas, soledad, impotencia, ilusión, desilusión, trabajo, esperanza, frustración, sacrificio, deseo, incomprensión, apoyos…y una lucha constante por no perder nunca la energía necesaria para continuar el camino”.

Residente en, Noia, un pequeño pueblo de A Coruña, Inmaculada Alonso gestiona una tienda de compra-venta de artículos infantiles seminuevos, desde bebés hasta niños 12-14 años. Se quedó en el pueblo porque quería que sus hijos crecieran en el mismo entorno en el que se desarrolló su infancia y por la comodidad de tener al lado a la familia que pudiera echarle una mano cuando lo necesitase. El inconveniente es la estrechez del ámbito de actuación por lo que ultima los preparativos para lanzar la versión online de su tienda física, Mamá Hormiguita y crecer con el negocio que empieza ya a reportar beneficios.

Lucha contra el reloj

“Decidí abrir este negocio porque quería ser madre. En el sentido más amplio de la palabra. Madre a tiempo completo, o por lo menos todo lo que la situación laboral y económica me pudiesen permitir”. Aunque Inmaculada Alonso se licenció en Periodismo, la trayectoria profesional la fue llevando por otros caminos. “Hay una frase que me gusta mucho que dice: Si la vida te da limones, haz limonada”. De forma que ella se dedicó a exprimir y dar el máximo en los trabajos que la fueron ofreciendo hasta alcanzar puestos de responsabilidad y dirección. Así durante 20 años, con viajes continuos y parejas con las que no terminaba de cuajar la relación hasta que un día se percató de que “estaba a punto de pasárseme el arroz”. Se refiere a la severidad del ciclo biológico, cerca de cerrar las puertas a la maternidad que quería.

“Siempre quise ser madre, pero no tuve suerte con las parejas. Así que decidí ser mamá sola. La mejor decisión de mi vida”.  Tampoco este fue un camino fácil. Tras cerca de 2 años en lista de espera y superar 6 meses de pruebas en la Seguridad Social para la reproducción asistida, se dieron cuenta, en el último momento, de que Inmaculada había superado los 40 años, edad que la dejaba fuera de los protocolos. “Me echaron, en teoría, por demasiado vieja”. Dice que, de todas, esa ha sido, hasta el momento, la peor noticia que ha recibido y que acabó con un periodo de hospitalización.

Ya recuperada, pidió un crédito al banco y siguió con el tratamiento, “en una lucha contra el reloj”, en una clínica privada. Supo que estaba embarazada en Portland (EE.UU), durante un viaje de empresa, donde ella no había comunicado sus deseos de maternidad. “Creo que llegaron a decirme que se sentían traicionados”, así que no le fue muy complicado llegar a un acuerdo con la empresa que, conforme a sus encajes, veía en Inmaculada de todo, menos una madre soltera.

Un negocio “muy pesetero”

Nacieron al final Teo y Simón, ahora con 4 años. “Mi vida cambió radical. A nivel económico, el cambio fue de cobrar 3.000 euros al mes a pasar penurias y empezar a fijarme a cuánto iba el litro de leche. Cero en vacaciones, cero en salidas, antojos… pero todo lleno de risas. Estoy encantada de la vida y se me han ido todos los ruidos mentales”.

Para mantener a estos niños y dedicarles el máximo tiempo posible, es para lo que montó Inmaculada Alonso Mamá Hormiguita. Sabe que la idea no es original, por eso intenta distinguirse de la competencia en el mimo que concede a los artículos de segunda mano y compartiendo beneficios con el propietario original. “A un 50% libre de IVA, así lo repartimos. Ya digo yo que este es un negocio muy pesetero, con poquito margen, pero quiero algo digno y de calidad. Yo lo creé basándome en mi propia experiencia como usuaria y he intentado corregir todo lo que no me gustó”.

La tienda le ha servido como punto de partida para generar confianza y dar a conocer la marca, pero ahora quiere superar el hándicap territorial y expandir el negocio por toda España, para eso monta el marketplace.  “Me encanta crear, pero no sé pintar, o componer...me gusta construir algo de la nada, desarrollar un proyecto... disfruto un montón dando nueva vida a algo que ya no sirve... respeto la naturaleza y el entorno, lo valoro muchísimo...me gusta escuchar y colaborar con la gente que tiene  dificultades, como  lo hicieron  conmigo....Y  tengo  experiencia, mucha experiencia en todo esto”, concluye.



vía Emprender para ser madre, pese a quien le pese