Mauro Libi Crestani tuiteó: Superar los límites para triunfar

El economista Mauro Libi Crestani acaba de leer:

Del Prado es cofundador y director general adjunto de BQ, una empresa que nació casi por azar “en la universidad, donde comercializábamos componentes informáticos y electrónicos entre los estudiantes”. De ahí pasaron a los USB, luego a los libros electrónicos hasta llegar, hoy, a los teléfonos móviles, las tabletas y las impresoras 3D. “Nuestro objetivo era hacer nuestros propios productos y lo conseguimos con los teléfonos, lo que nos ha permitido desarrollar un producto diferente y, sobre todo, coger las riendas de lo que queremos hacer. No hubo un momento en que dijésemos “se nos ha ocurrido esto y vamos a hacerlo”, sino que poco a poco hemos ido emprendiendo cosas”. Pérez de la Coba, por su parte, se especializó en EEUU en visión artificial: “Desde pequeña tenía la ilusión de inventar algo, porque me parecía impresionante el legado que dejan los inventores. Soy 100% visual y descubrí la visión artificial, es decir, la capacidad de reconocer por inteligencia artificial una imagen o un vídeo como lo hace nuestro cerebro, y me dije: "Esto es lo mío". Después de trabajar diez años en el entorno militar, en Defensa y Seguridad, me di cuenta de que todo lo relacionado con el reconocimiento de imagen y vídeo estaba empezando y que era factible hacerlo y hacerlo a gran escala. Mi sueño y mi visión es hacer el Google Visual”.

Ambos son unos osados David contra sus Goliat particulares de la telefonía (con Apple o Samsung a la cabeza) en el primer caso, y de los buscadores (como Google), en el segundo, pero han sabido romper los límites y superar todas las barreras que se les han presentado. “Cuando compites con empresas gigantescas, el miedo existe, pero sano, bueno y humano. Al fracaso hay que temerlo y evitarlo, pero debes asumir que no pasa nada por fracasar. Si tuviésemos que entrar hoy en el mundo de los teléfonos móviles, quizás no lo haríamos, pero en aquel momento había espacios muy grandes: dispositivos con experiencias de uso regulares y precios bajos, y dispositivos con experiencias de uso buenas y precios altos. Y en medio se podía construir producto. Una empresa existe porque cubre una necesidad y, si cubre una necesidad, crea valor y la gente está dispuesta a pagar por ello. Esta es la base de todo. Es decir, hay que ser valientes, pero con sentido común”, insiste Del Prado. Algo que confirma Pérez de la Coba: “Hay que tener carácter. Los emprendedores siempre encontramos barreras y todo el mundo te dice que estás loco. En mi caso, me decían ¿quieres competir con Google? y yo decía que no, "yo quiero resolver un hueco que no ha resuelto Google". E insistían, ¿querrás que te compre Google? Y yo respondía que por querer, "yo lo que realmente quiero es comprar a Google". Lo que tenemos en común los emprendedores es el empeño, el tesón y la valentía. El decir, pase lo que pase, siempre adelante”.

 

(Puedes ver la entrevista completa aquí).

Pero, eso sí, sin perder de vista la necesidad de ser flexible, de trabajar duro y de pasar a la acción. “Para crear algo tienes que esforzarte mucho. Puedes tener una idea muy brillante, pero debes remangarte desde el minuto uno y ponerte a la faena. Al final te das cuenta de que cosas que te parecen imposibles, con esfuerzo, se acaban consiguiendo. No se trata de tirar la pared a cabezazos, sino de buscar un huequito por donde se pueda entrar o dar la vuelta a la pared. Y tener la capacidad de pivotar, aunque sea 17 veces porque no tienes muy clara cuál la necesidad a cubrir”, recuerda Rodrigo. Algo que Sira matiza: “Yo no le llamo pivotar, sino ir escuchando, detectar que hay una necesidad, dónde está, qué puedes hacer para resolverla y te vas adaptando en función de la necesidad. Es una supervivencia. El día a día es trabajar y resolver problemas. Es ejecutar, avanzar y resolver. Y no darse por vencido”.

La perseverancia, la intuición y la capacidad para tomar decisiones están, precisamente, detrás del éxito de ambos. “A lo mejor la gente piensa que un emprendedor tiene respuesta para todo. El emprendedor se enfrenta a muchas situaciones en las que debe tomar decisiones difíciles y hay riesgo de equivocación, pero no se queda parado. A veces, lo que es un problema se convierte en una solución”, explica Sira. Y es que, como defiende Rodrigo, “la forma de no equivocarte es no hacer nada, no tomar decisiones. Al final, las decisiones de las que más tienes que arrepentirte es de las que no tomas a tiempo. No te puedes parar infinito tiempo a analizar, porque es imposible que tu cabeza pueda comprender todas y cada una de las implicaciones de la decisión que vas a tomar. A veces, cuando adoptas decisiones, hay una intuición, un sexto sentido o el sentido común que te dice "vete por aquí". Al final, el cerebro toma muchos atajos. Simplifica. Y si te equivocas, tienes que aceptarlo y tirar para adelante”.

Para dos telecos como ellos, la tecnología es, como no podía ser de otro modo, una herramienta fundamental, pero no un fin en sí mismo: “La suerte que tenemos los que venimos del mundo tecnológico es que poseemos una visión muy práctica de la tecnología y la vemos como un medio. Es necesaria, pero no suficiente. Es importante entender la tecnología y saber para qué sirve y cómo te beneficia”, señala Rodrigo. “Ahora vivimos a revolución cognitiva. Es una especie de trabajo en equipo entre la inteligencia artificial y la humana. Y yo me muero de ganas de formar parte de ella”, concluye Sira.



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