Mauro Libi Crestani tuiteó: El futuro del IVA y el comercio electrónico

El economista Mauro Libi Crestani acaba de leer:

Como consecuencia de la entrada en vigor en el año 2015 de las nuevas reglas de localización para la prestación de servicios prestados por vía electrónica, que obligan  a gravar estas operaciones con el IVA del país donde se vayan a consumir los servicios, se puso en marcha un sistema de mini ventanilla única por el cual desde un Estado miembro se pueden declarar las cantidades del IVA que deberán ser ingresadas en cada uno de los otros estados.

El sistema consiste en que una empresa, por ejemplo, española que presta servicios a través de la red a particulares domiciliados en distintos países, estará obligada a ingresar el IVA que corresponda en cada uno de esos países. Con el fin de facilitar la gestión, la compañía española podrá presentar una única declaración ante la Administración española indicando el importe de las ventas realizadas a particulares en cada país. A partir de este momento, la Agencia Tributaria distribuirá los ingresos fiscales según corresponda, lo que en la práctica consiste en permitir que un Estado miembro recaude los impuestos del otro. Esto obliga a las compañías a conocer el tipo de IVA aplicable en todos los países donde vendan con el fin de poder calcular de forma correcta el precio de venta final al cliente.

Este sistema de mini ventanilla única ha sido un gran quebradero de cabeza para las pequeñas empresas que operan en internet a lo largo y ancho de toda la Unión Europea prueba de ello es, en mi opinión, el fracaso, al menos en una fase inicial, de este sistema. Para hacerse una idea de esto, podemos decir que en España tan solo se han registrado en este nueva sistema alrededor de 300 empresas, un número similar al de países mucho más pequeños como Dinamarca o Finlandia. El mayor número de registros ha tenido lugar en Reino Unido y Alemania pero aun así está muy por debajo de las expectativas iniciales. Por su parte, el número total de empresas registradas en toda Europa se sitúa alrededor de las 11.000 que es un número muy reducido en comparación con las cientos de miles de empresas que se dedican a la prestación de servicios a través de internet.

Ante la demanda de las compañías que operan en internet, se pretende que en el año 2021, este sistema de mini ventanilla única sea extendido  a las ventas de bienes, y de esta forma, eliminar el actual sistema denominado “de ventas a distancia” que se basa en la aplicación de umbrales ventas país por país obligando a registrarse a efectos del IVA en todos los países en los que se opera.

La idea es, sin duda, razonable y a priori debería ser muy positiva para las empresas que realizan sus operaciones en el mercado online puesto que la obligación de ingresar el IVA en cada uno de los países en los que están domiciliados sus clientes les crea una serie de barreras administrativas que, en muchos casos, suponen verdaderos obstáculos a su expansión internacional.

No obstante, será necesario cambiar la mentalidad de las autoridades de algunos estados miembros que no están dispuestas a permitir que sus impuestos sean recaudados por otros. No todo el trabajo pendiente se sitúa en el lado de los Estados miembros. La Comisión debe facilitar el acuerdo entre ellos y debe solucionar muchas de las incongruencias que existen en el actual sistema. El IVA es una pieza fundamental para las arcas de los estados y en el futuro lo seguirá siendo con un mayor peso que el actual. De ahí que es obligación de todos encontrar un punto de común entendimiento lo cual redundará en mayor seguridad jurídica para las empresas.

                                      Fernando Matesanz, director general de Spanish VAT Services



vía El futuro del IVA y el comercio electrónico