Mauro Libi Crestani: El reto al monopolio de la telefonía móvil en México

Los datos obtenidos a raíz del estudio de mercado dejaban clara la oportunidad de negocio: El 67% de la cuota del mercado mexicano en telefonía móvil está en manos de Telcel; un mercado descontento que, solo durante el primer trimestre del año actual, recibió 6.312 quejas relacionadas con el sector; unos usuarios que gastan más en telefonía móvil que en servicios básicos, como la luz o el agua y un 32.6% de usuarios que utiliza el smartphone principalmente para conectarse a internet, correo, chats, redes sociales, etc. Es decir, se enfocan primordialmente al consumo de datos móviles.

Visto el problema, vista la solución: lanzar un operador de telefonía móvil que ofreciese más datos a mejor precio. Así de sencillo, o de Simplii, como les gusta decir a ellos aprovechando el juego de palabras. “Simplii debe su nombre a que quiere ofrecer un servicio sencillo, sin complicaciones para los usuarios. Para contratar el servicio de este OMV bastará con contar con una tarjeta de crédito o débito, pues toda la contratación de paquetes y pagos se hace vía electrónica”, dicen.

Así es como Simplii salió definitivamente el mercado mexicano el pasado mes de septiembre como nuevo Operador Móvil Virtual (OMV) tras suscribir un acuerdo con Telefónica Movistar que le permite el uso de su red. La propuesta de lanzamiento es agresiva: planes de datos de 3, 10 y hasta 15 GB con llamadas, SMS y mensajes de Whatsapp ilimitados, inscripción 100% en linea, entrega a domicilio de la tarjeta SIM, servicio de atención al cliente personalizado, paquetes transparentes y una cuota mensual fija sin cargos adicionales. Todo ello sin tener que cambiar de número y sin contrato ni compromiso de permanencia. Esta es su propuesta de valor.

La inspiración danesa

La idea no es nueva. Su fundador, Kristian Kuhn, se inspiró en el modelo OMV existente en Dinamarca. Fue en el país del norte de Europa donde se conocieron e hicieron amigos los 4 cofundadores de Simplii, todos ellos provenientes del ámbito de las startups y las telecomunicaciones. En Dinamarca hicieron su primer ensayo creando una compañía similar, OMV Firmafon. La comparativa entre el mercado danés y el mexicano fue lo que impulsó a estos emprendedores a llevar la réplica a su país falto, en este sector, de “competencia, mejores servicios, innovación y una preocupación real por el usuario”. Además de los fundadores, cuentan con un equipo multidisciplinar y consultores “con una inmensa experiencia en OMV’s”.

Junto a los retos convencionales de cualquier startup, como clarificar el plan de negocio, mantener el foco y pivotar, cuentan que una de sus principales dificultades fue obtener inversores. Al final lo hallaron en capital privado y, aunque no llegan a desvelar cantidades, sí afirman que se trata de una compañía 100% mexicana. Tampoco pueden facilitar datos de facturación porque el histórico se remonta a menos de un mes pero sí parecen tener claro el objetivo: “Crear una base de clientes felices ofreciéndoles los mejores planes de datos al precio más bajo posible”.



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