La idea es de Lluís Soler Gomis y Eduardo Salado, CEO y CIO, respectivamente de la startup SoftDoit un comparador de software para empresas desde donde ofrecen también servicios de consultoría. La empresa va bien. Desde que naciera en 2013 hasta el momento actual, han conseguido facturar 400.000€ mensuales, reunir a una plantilla que va por los 13 empleados y estar presentes en España, Italia, Francia y México. Todo ello sin recurrir a inversores, para no perder el control.
Podrían haber permanecido así, con un crecimiento orgánico y sostenible, de no ser por su manera de pensar. “Creemos que las empresas, como las personas, necesitan marcarse retos constantemente para mantenerse vivas”, dice Lluís Soler. Bajo esta perspectiva concibieron el reto Ironbusiness que ellos mismos definen como el 'Ironman' de los negocios.
El reto tiene fecha y cifras: facturar 2 millones de euros anuales antes del 31 de diciembre de 2020, conseguir más de 3.000 clientes y superar 1,5 millones de visitas en los 15 países en los que se proponen estar presentes. A cada uno de estos hitos los llaman pruebas, como si de una Triatlón se tratase, y aseguran que las cifras no están puestas ahí a boleo, sino que hay todo un estudio y una metodología diseñada previamente para alcanzarlas.
Y a ese espíritu deportivo, añaden su defensa de compartir y de la transparencia. Esta sería la segunda parte del proyecto Ironbusiness: mostrar a otros emprendedores la forma que tienen de alcanzar los objetivos. Para ello, tanto LLuis como Eduardo se han instalado en sus respectivos despachos una webcam -sin audio- que permanece conectada todo el tiempo. La intención es no sólo explicar con sus dos post semanales las estrategias, errores o las herramientas que van utilizando, sino también mostrar las entrañas de la empresa en directo. Cualquiera que desee conectar podrá ver lo que se está haciendo en ese momento.
No obstante, más que compararlo con Gran Hermano, los impulsores de SoftDoit prefieren asociar las retransmisiones con el storytelling a la película del Show de Truman, pero desde la transparencia absoluta. “Nunca antes se había hecho esto en el mundo empresarial. Nuestro compromiso de transparencia es tal que abrimos la puerta de nuestra empresa para que todo el mundo pueda seguir lo que hacemos, como si fuese nuestro propio hijo. Queremos que nos vean crecer y alcanzar el reto”, dice Soler Gomis.
La otra diferencia es que tampoco pretenden el entretenimiento, sino a la inspiración y aportar valor a las empresas con las obligaciones del día a día y su conocimiento adquirido en una dilatada carrera emprendedora.
Ver fuente