Mauro Libi Crestani: Emprender para ejercer la medicina en la que crees

A Manuel Antonio Fernández Fernández no le gustaba ejercer la especialidad de Neurología Pediátrica ni en la sanidad pública ni en la privada. En ningún caso se alineaba la práctica médica a sus valores profesionales: “trabajador, honesto, eficiente, resolutivo y claro a la vez que cercano”. Ejercer conforme a esos principios no daba muchas más alternativas que el emprendimiento, así que creó su propio negocio: El Instituto Andaluz de Neurología Pediátrica, que trabaja como imagen corporativa, y El Neuropediatra, donde trabaja más la marca personal. Hasta de eso ha tenido que aprender en sus ‘horas libres’ este doctor gaditano de 37 años que abrió su centro en 2014, en el barrio sevillano de Los Remedios.

Desde entones, han pasado por la consulta más de 8.100 pacientes con problemas neurológicos, la mayoría aquejados de algún trastorno de conducta y aprendizaje, como TDAH (déficit de atención), dislexia o altas capacidades. La media la tiene entre 15-20 pacientes nuevos al mes, cifra que algunos pueden juzgar baja, pero es que el Manuel Antonio Fernández no va a volumen. “Eso lo he tenido siempre claro. Lo que quiero es solucionar el problema a los pacientes y a sus familiares, independientemente del tiempo que necesite cada uno”. Y es que las visitas en su centro duran entre 2 y 3 horas al precio de 100/120€ la hora, lo que no le parece especialmente barato por lo que le sorprende que le lleguen pacientes de Barcelona o Galicia.

Reconocimientos

Pero lo cierto es que se ha hecho con una reputación. La mayoría de los pacientes le llegan por el boca a boca y, desde que abrió la consulta, figura entre los primeros finalistas -ganador en 2015- en la sección de Pediatría de Doctoralia Adwards, un premio que se otorga por las valoraciones de los pacientes y el reconocimiento de otros profesionales.

El método es propio, aunque dice que él no ha inventado nada. Consiste en recibir al paciente y a sus familiares, sentarse con ellos el tiempo que sea necesario y abandonar la consulta con un diagnóstico ya emitido, el tratamiento pautado -si procede- e información suficiente sobre las causas que originan el trastorno y las expectativas de recuperación. Para realizar el diagnóstico in situ se vale de tecnología puntera, como la que encuentra en el producto Aula, de la startup Nesplora (Para corregir conductas indeseadas) que, a través de la Realidad Virtual, permite detectar con un margen de acierto superior al 93%, casos de TDAH. En el supuesto de que los interesados o sus familiares necesiten hacer una consulta posterior, pueden contactar con la consulta online.

Diagnóstico por videoconferencia

Para ofrecer un servicio integral, Manuel Antonio Fernández se ha aliado a otros profesionales expertos en neuropsicología y psicopedagogía, un equipo que irá ampliando conforme aumente la demanda y, con ello, el negocio. La misma filosofía de serenidad que aplica a los pacientes la traslada a las finanzas. “Nada de pedir créditos ni ir a rondas de inversión. Aquí crecemos facturando”, dice, un crecimiento que se sitúa en torno al 30% cada año y que le va a permitir cerrar el año con 140.000€ de facturación. “No me quejo”.

Le quedan, sin embargo, hitos que cumplir. El primero de ellos el pleno funcionamiento de la consulta online, un servicio que ya ha arrancado, pero que pretende equiparar al 100% con la consulta presencial, es decir, evaluar, diagnosticar y poner tratamientos por videoconferencia. El segundo objetivo es la puesta en marcha de una escuela de padres, también como servicio online, para ayudarles a tratar y a comportarse con los pacientes. Mientras tanto, seguirá alimentando su blog, que recibe cerca de 20.000 visitas al mes, y moviendo las redes sociales, donde cuenta con miles de seguidores. También saca tiempo para aplicar a premios, como el que ha recibido este año de mano de la Revista Emprendedores en la categoría de Talento Emprendedor con Discapacidad. A la pregunta de si lo tiene que hacer todo él, Manuel Antonio Fernández responde: “Es que me cuesta delegar. En medicina nos enseñan a ser autosuficientes y a pensar que somos muy listos, pero seguro que también aprenderé a delegar”.



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