Mauro Libi Crestani: Luis Alvarez: El emprendedor para quien no existe el fracaso, sino las ‘temporales desilusiones’

Hacer posible lo imposible es una meta constante de este emprendedor del teatro que se define a sí mismo como “hacedor de sueños”. Hacedor de sueños y perseguidor de imposibles de los que habla en su último libro: Cómo hacer posible lo imposible.

Perseguir imposibles

“Cuando vas a hacer algo que parece arriesgado, siempre aparecen alrededor una serie de personas que son los ‘neimayas’, un término que me he inventado para definir a quienes ven todo imposible. Todos tenemos personas de este tipo alrededor. ¿Cómo se hace posible lo imposible? Simplemente haciéndolo, nada más. Es que no hay otra manera. En el libro reflexiono sobre por qué gente con la misma capacidad no hace unas cosas y otros sí. O por qué unas cosas me han salido bien y otras mal. El libro parte de la base de que hace 20 años una persona me dijo que lo que estaba planteando era imposible y para demostrarle que nada es imposible y que no está todo inventado le dije: vamos a ponernos un reto, vamos a hacer este año algo que nunca se haya hecho antes en la empresa. Y desde entonces lo hemos conseguido todos los años. Eso es lo que cuento en el libro. Cómo hemos conseguido esas 20 cosas, muchas de ellas muy potentes”, explica Álvarez.

Un banco para emprender en teatro

Dice que su último imposible “ha sido On Bank. Hemos creado con Bankia la primera plataforma de inversión del mundo del espectáculo. La idea es producir 100 espectáculos en los próximos 10 años. Una media de 10 al año con una inversión media de 100.000 euros. Tenemos 10 millones de euros para ser embriones de nuevos espectáculos. Para emprendedores. Es un proyecto que está íntimamente relacionado con otro que ya firmamos el año pasado: traer la escuela de Fama a Madrid (la Professional Performing Arts School), la primera que se crea en Europa y que nutrirá de profesionales a los nuevos espectáculos.

También hemos hecho este año la primera tarifa plana de teatro en el mundo: por 50 euros al mes, puedes venir al Príncipe Pío y a los cines Cinesa y Kinépolis cuantas veces quieras. Hemos puesto en marcha el primer servicio Vip experience para teatro del mundo: con limusinas, palco privado y champán. Nos hemos convertido en el primer teatro completamente digital, con nuestra propia aplicación. Y ya hemos empezado las obras de remodelación de la estación. Este año nos han dado la licencia. Es un edificio que tiene que pasar por comisión de Patrimonio y este era el paso más complejo...”. (Luis se refiere a la remodelación del edificio original de la Estación Príncipe Pío de Madrid, que sustituirá al actual teatro ubicado bajo una carpa instalada en el recinto de la estación, pero fuera del edificio principal).

Un proyecto de 24 millones de euros

¿Se consiguen imposibles con tantos frentes abiertos? “Sí pero no. Una cosa muy importante del éxito es enfocarte. Allá en lo que te enfocas, se expande. Es decir, aunque te hable de muchas cosas, el denominador común siempre es La Estación, convertirla en el gran icono turístico de Madrid. La Estación es el árbol de Navidad y el resto son las bolas que le vamos poniendo”.

Las bolas de ese árbol son una sala de conciertos que gestionará Warner, su principal socio en este proyecto en el que han invertido 24 millones de euros. “Warner llevará el espacio de conciertos con un aforo de 2.300 personas y yo el teatro, con cabida para 1.080 espectadores. Hay también un acuerdo con un estudio de los Ángeles para operar un parque temático del siglo XXI, con realidad virtual, realidad aumentada y cines 7D, que cubre los cinco sentidos del espectador. Habrá uno en Nueva York y otro en Madrid. Y los inauguraremos el mismo día y a la misma hora. Creo que la tecnología va a cambiar la forma en la que consumimos absolutamente todo. Y eso también va a afectar al teatro. Yo ya estoy preparando una obra en la que los protagonistas son robots”, adelanta este productor teatral.

Quien no arriesga no gana

No se puede triunfar en los negocios sin asumir riesgos. Y sin aceptar los fracasos. Ese es otro mantra para conseguir imposibles. “He escrito el libro para contar mis experiencias y en mis experiencias hay muchos fracasos, aunque yo los llamo temporales desilusiones. En el 11-M, por ejemplo, acababa de estrenar un espectáculo que costó tres millones de euros y la gente dejó de venir al teatro. No se recuperó la taquilla hasta octubre. Tuve que vender mi empresa. El primer grupo de entretenimiento del mundo compró el 51% y me quedé como gestor. Fue la mayor bendición porque me obligaron a irme a Nueva York, aprendí bien inglés y también a reportar. Fue una universidad para mí. Pasé de llevar seis teatros en España a llevar 53 en el mundo. Fue la mayor lección de mi vida y, además, me hicieron millonario. Luego he vuelto a crear otras empresas. ¿Te cuento más fracasos? Tengo muchos”.



Ver fuente