Mauro Libi Crestani: Madrid premia el emprendimiento social

Bajo el lema "Por un Madrid más justo y más solidario", el ayuntamiento de la capital entregó los Premios MAD+ 2017, el pasado 13 de diciembre en el Centro Cultural Conde Duque. La encargada de abrir la ceremonia fue Concha Díaz de Villegas, directora general de Comercio y Emprendimiento del área de Gobierno de Derechos Sociales y Empleo del Ayuntamiento de Madrid, quien afirmó que el objetivo de este galardón es dar visibilidad y apoyo a proyectos originales, creativos e innovadores, que generen un impacto positivo y medible en los ámbitos social o ambiental.  “Si emprender no es sencillo, el emprendimiento social se enfrenta a dificultades añadidas”, agregó. Así mismo, destacó el papel que cumplen los inversores de carácter social, quienes están dispuestos a conseguir menor retorno de su inversión, o conseguirla en mayor tiempo, con tal de impulsar este tipo de empresas.  

En la convocatoria se recibieron más de 80 solicitudes, de las que se seleccionaron 10 finalistas, que se caracterizan por promover soluciones reales y concretas ante problemas de la sociedad actual. Durante la gala de entrega de los premios, cada proyecto tuvo cinco minutos para explicarle al jurado por qué debían ser los ganadores.  

Los ganadores

El ganador de la noche fue Comunicados en Lengua de Signos, que obtuvo un premio de 20.000 euros. Antonio Jesús Vega, fundador del proyecto e hijo de padres sordos, contó cómo desde pequeño tuvo que ser la voz y oídos de sus padres en las actividades de la vida diaria como ir al médico o al banco. A partir de su experiencia personal, decidió poner un marcha una plataforma que proporciona video interpretación de lenguaje de signos en tiempo real. El servicio puede ser utilizado tanto por personas sordas que necesitan comunicarse, como por empresas e instituciones que quieren adaptarse para darle accesibilidad a quienes carecen del sentido de la audición. La plataforma, que cuenta un equipo de más de 80 interpretes, ha recibido más de 5000 llamadas, solo en Madrid.  

El segundo lugar fue para Escuelab, que recibió un premio de 4.000 euros. Es una iniciativa que pretende democratizar el acceso a la educación científica para niños entre 6 y 14 años. Cristina Balbás, co-fundadora y presidenta, explicó que las carreras de ciencia y tecnología se escogen un 33% menos, en comparación con otras más populares y agregó que “en una sociedad con un alto índice de paro juvenil, es importante motivar a los niños para que escojan este tipo de profesiones, que son muy demandadas”. Su proyecto -que ya se ha puesto en práctica con más de 5000 niños, 1300 de ellos en riesgo de exclusión- despliega una metodología propia integrada por actividades didácticas, talleres, campamentos y experimentos divertidos que facilitan la comprensión y el aprendizaje y ayudan a desarrollar las habilidades cognitivas.

Iniciativas de toda índole

De diversas naturalezas y características, los demás proyectos presentados defienden todo tipo de causas: la Asociación Ilusion, apoya a personas desempleadas con programas de formación y asesoría psicológica, para que vuelvan a creer en sí mismas y puedan encontrar trabajo; PlenEat, traslada la comida del campo a la ciudad por medio de comedores, máquinas de vending y expositores refrigerados, para generar hábitos de alimentación saludable y rescatar el trabajo de los agricultores; Voze, es una app que pretende romper barreras lingüísticas y culturales por medio de un servicio de interpretación gratuito, disponible 24 horas, para migrantes y refugiados que necesitan comunicarse en castellano; Comcosy, es una plataforma que conecta clientes en busca de piezas de mobiliario y decoración, únicas y personalizadas, con artesanos y talleres; Dlana, trabaja por la difusión y la conservación del tejido tradicional y sostenible, promoviendo prendas biodegradables elaboradas por agricultores españoles con lana merina 100% autóctona; Creando Redes, es una empresa de restauración ambiental que desarrolla proyectos de corrección, compensación o rehabilitación para mejorar la calidad de los ecosistemas; EBR Economías Regionales, recupera residuos orgánicos domésticos y de mercados municipales, comedores y huertas de proximidad para convertirlos en abono orgánico, y La Bolsa Social, es una plataforma que ayuda a los emprendedores sociales para que consigan financiación, poniéndolos en contacto con empresas e inversores interesados en apostar por el desarrollo social y ambiental.

“Conocemos el emprendimiento social”

Tras la exposición de los 10 proyectos finalistas, y mientras deliberaban los integrantes del jurado, se dio paso a una mesa redonda bajo el título “Conocemos el emprendimiento social”, en la que intervinieron Mercedes Valcárcel, directora general de la Fundación Tomillo, Mikel Oleaga, director de proyectos de Impact Hub Madrid, José Luis Ruiz, Cofundador de UNLTD Spain y Antonella Broglia, Ambassador para Ashoka España y conductora del programa Paratodos la 2, de TVE. Los cuatro se mostraron muy satisfechos con la calidad de los proyectos presentados en esta convocatoria que se lanza por primera vez.

Uno de los temas más interesantes que surgió durante la conversación, fue el papel que debe desempeñar la Administración pública para fortalecer el sector del emprendimiento social en España. Para Oleaga, debe haber una verdadera apuesta que ayude a generar innovación en este campo, desde la contratación pública, hasta la apertura de espacios para educar e involucrar a la sociedad al respecto, así como el compromiso de flexibilizar mecanismos para facilitar las gestiones de los proyectos.

Por su parte, Ruiz, señaló la importancia de construir un “estado innovador y emprendedor, e incluso, tener funcionarios emprendedores”. En este punto, Broglia, llamó la atención sobre la necesidad de visibilizar los proyectos sociales y hacer programas educativos públicos para explicar a los niños que “hay dos maneras de ver la realidad, una activa y una pasiva. Ellos deben aprender que pueden adoptar una actitud activa frente a los problemas que ven. Acaso, ¿cuál es la edad mínima para cambiar el mundo?”.

Para cerrar el tema, Valcárcel, dijo estar convencida de que el deber número uno de la Administración es definir normativamente, qué se considera empresa social, porque sin ese paso no es posible tener acceso a posibles ayudas para proyectos de este tipo. Agregó que “con las empresas sociales le estamos ahorrando mucho dinero a la Administración, resolviendo un montón de problemas que tienen un coste elevadísimo para todos los contribuyentes españoles”. Y apuntó que “el mundo está lleno de gente quiere cambiar el mundo. Vamos por el buen camino y lo vamos a conseguir”.



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